sábado, 23 de junio de 2012

El grito


A mi paso quedan solo ruinas
Mi huella todo lo mancilla
Y sin embargo mi corazón 
Se ensancha por cada pájaro que vuela
Por cada gota de rocío que hace equilibrios sobre la brizna de hierba
Por cada hoja duplicada en la quietud de los lagos
o cada yema que estalla contra el rastro de la hojarasca.
A mi paso el dolor y el deseo.
La forma terrible de la huella sobre el carámbano limpio
El estruendo de la risa o del llanto contra el silencio de los siglos
Hela aquí , la señal indiscutible
de los jinetes y sus carros contra el barro puro.
La marca de la vida. 
Y a lo lejos el suspiro de un poeta
la angustía de un filósofo 
El grito desesperado de quien se sabe solo
entre todos los hombres y mujeres
del mundo.

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